domingo, marzo 04, 2007

TRANSANTIAGO, PROYECTO DE TRANSPORTE CHILENO: ENTRE EL CIELO Y EL INFIERNO

Durante el régimen del saliente Presidente chileno Ricardo Lagos Escobar se lanzó, entre otros proyectos estrella, llamados popularmente también "emblemáticos" (?), una revolucionaria propuesta de transformación del sistema de transporte público de pasajeros chileno.
Hoy, a casi un mes del inicio oficial del sistema, los problemas detectados más cruciales parecen ser:
a) Frecuencias muy elevadas. Este elemento se debe a la cantidad insuficiente de buses puestos en la calle por las empresas, y a la falta de sólidez científico-tecnológica de estos operadores, para usar en forma fecunda las tecnologías GPS con que cuentan y los sistemas de monitoreo de posición-coordenadas, pasajeros por parada, tiempo entre paradas.
b) Inflexibilidad en el número de buses por hora, haciendo caso omiso de las oscilaciones de la demanda por parte del público, la densidad del tránsito y las condiciones de las obras civiles en las vías.
c) Fallas de la operación financiera y de reparto de ingresos. Los fallos en la llamada tarifa integrada, dentro de trayectos de un máximo de 90 minutos y en una dirección.
d) Falta de mano más resuelta de la autoridad. El gobierno no ha endurecido lo suficiente la mano, tanto para lograr que los operadores realicen su trabajo con más eficiencia, como con sus cauadros técnicos, para que sin enrojecerse impulsen las modificaciones pertinentes para una modificación continua del sistema.
La esperanza y el proyecto recién comienzan...no olviden que el impecable sistema de Singapur tomó tres décadas en llegar a funcionar a la perfección, como actualmente lo hace. AC

sábado, diciembre 02, 2006


CORREDOR BOLIVIANO,
OPORTUNIDAD DE HERMANOS


Es probable que los marcos
regulatorios, que sí deben existir,
estén atentando para lograr una
solución con sabiduría


Aristo Cartessi

Las diferencias entre estados-nación son consustanciales a su coexistencia. No obstante la aceptación general, en los últimos cien años de este paradigma, las discrepancias, diferendos y disputas, de los más diversos matices, en torno a la definición precisa de las líneas fronterizas, ha sido una constante en todo el mundo. Quizás una característica propia del modelo, o aún en período de ajuste en la larga línea histórica de la civilización, o, simplemente, una actitud humana que, con frecuencia emerge, con un fuerte acento hegemónico.

Sin embargo, más allá de estas elucubraciones alambicadas y complejas, en cuanto al marco conceptual sobre el que estos constructos se han erigido; estamos ante una discrepancia que, estimo, puede resolverse basados en una óptica de estadista sumada a una hermandad de largo plazo que, por sobre las retóricas opiniones excesivamente jurisprudenciales.

¿Cuáles serían los efectos positivos de una cesión con soberanía en la República de Chile?. La pregunta es en positivo para girar la discusión del eje de las dificultades o imaginativos efectos negativos emergentes, de un gran número de analistas y opinadores.

Bastaría realizar esta cesión, con algún tipo de canje territorial o contraprestación sencilla para inscribirse en la historia Latinoamericana, como un gobernante (Bachelet), Nación (chilenos), País (Chile) y hermanos (Chile y Bolivia) de alma noble, visión de futuro y buscadores de la hermandad regional. Sin duda, un ejemplo para muchos países del globo entrampados en rencillas y descalificaciones de la misma naturaleza que, en el balance implican retroceso o ningún avance.

Nada provoca una mayor armonía que el consenso y aceptación recíprocas y mutuas. La integración profunda y verdadera una natural consecuencia.AC

viernes, abril 21, 2006

EL EQUILIBRIO, UN IDEAL HUMANO

Aristo Cartessi

El equilibrio es y ha sido una constante entre las búsquedas atávicas del hombre. Desde la más remota memoria se le ha buscado en todos los campos de interés del intelecto y en todas las facetas de la sociedad organizada.

En todas las líneas del conocimiento observamos formulaciones referentes a la búsqueda del equilibrio: estequiométrico, ácido-base, estático, dinámico, de poderes, de representatividad. Hoy observamos esta pulsión en lo que está ocurriendo en el mercado del cobre y el valor de la divisa norteamericana dentro de nuestras fronteras.

Por una parte, durante el ascenso inicial, Hacienda sonreía ampliamente, el presupuesto se había construido sobre un valor estimado sustantivamente inferior al observado en los mercados reales. Al superar la barrera de los 3 US$/Lb la cosa "empeoró": La amenaza de sustitutos al metal rojo comienza a emerger. El tipo de cambio del dolar comienza a caer estrepitosamente.

Por un lado, el hombre de la calle y doña Juanita pueden concretar, quizás (si tienen trabajo...y estable) la compra de algún bien deseado (esperamos que de real utilidad y no simplemente superfluo arrastrados por el consumismo rabioso), al igual que los importadores que verían crecer sus volumenes de negocios. Pero, como nada es completamente feliz o de consenso total, surgen paulatinamente los ruidos desde las filas de los exportadores, que, dicen, un tipo de cambio así les perjudicará tanto que, como siempre, "deberán tomar medidas" (habitualmente despidos y reducciones de planilla, rara vez disminución de dividendos o de remuneraciones de las grandes rentas directivas o gerenciales y casi nunca la venta o enajenación del Mercedes).

Comienzan a insinuar estas decisiones, sin embargo, todos podríamos entender y aceptarlas, siempre y cuando hubieramos observado en los momentos de vacas gordas la reacción inversa: incremento de puestos de trabajo e incrementos reales de las remuneraciones, proporcionales al crecimiento. Lamentablemente siempre se nivela hacia abajo: la gran masa de trabajadores con poca o escasa calificación. El caso particular de los salmoneros: el precio internacional se ha elevado en una tasa que bordea el 25% y el dólar (en el mismo intervalo) ha caído un 13% y fracción. Todo bien si antes de la caída una proporción de ese 25% -aparte de inversiones y toma de beneficios- hubiera ido a parar a los bolsillos de los trabajadores de las plantas y criaderos. Bastaría con incorporar un delta variable que se ajustara automáticamente a las sinusoides de los resultados, y ningún alma sentiría la angustia de la inseguridad o el oprobio del desempleo. Al final las empresas son "compañías", grupos humanos integrados en busca de la creación de valor...para todos.

No puedo creer que hayamos llegado a este punto, en que el ídolo del dinero haya superado a la solidaridad y fraternidad que, estos mismos hombres invocan en cada liturgia semanal en los distintos templos y liturgias, de también distintas confesiones. Sí creo, y firmemente, que la única conducta que garantiza un futuro de felicidad a todos nuestros connacionales, definitivamente es...poner la carreta detrás de los bueyes.AC

lunes, abril 17, 2006



BONOS CODELCO Y OTROS CHILENOS


Aristo Cartessi

Hace unos días el ex Presidente Ejecutivo de la Corporación del Cobre de Chile, democratacristiano, católico y por ende testimonio de La Palabra (de Jesús), salió a la palestra en los medios locales para argumentar los bonos entregados a cierto número de ejecutivos de la compañía cuprífera chilena.

Revisando los grandes números, que pueden darnos sorpresas y valiosos hallazgos, el ex alto ejecutivo afirma que en los años 2003, 2004 y 2006 (con cargo al ejercicio fiscal 2005) se distribuyeron en moneda nacional (pesos chilenos)y expresado en miles de pesos (M$) 5.600, 6.900 y 9.100 a cada uno de los beneficiados en su oportunidad. En el último año (2005) este premio benefició a 220 altos ejecutivos de la empresa estatal.

Si se extrapola a los años anteriores señalados el mismo número (220) y suponiendo que ninguno se repite, se podría afirmar que 660 personas recibieron un total de M$ 4.752.000 por este concepto. Si ahora tomamos que en la República de Chile existe un salario mínimo garantizado por ley de M$128 mensuales (US$ 200), y lo relacionamos con las cifras anteriores, observamos una asimetría nada de alentadora: El monto total distribuido en esos tres años hubiera permitido otorgar un "bono" a ¡¡37.125!! personas en pobreza.

Si Chile quiere mantener su liderazgo en América Latina necesariamente debe introducir reformas para profundizar su "democracia", corresponderse con los valores propios de un país "católico" y usar sus resultados económicos para financiar los idearios sociales de un gobierno "socialista"... el hábito no hace al monje. AC

lunes, abril 10, 2006

POSTERGACIÓN DEL CONSUMO


Aristo Cartessi

La economía, un poco ciencia -por cuanto algunos de sus fundamentos cumplen los preceptos científicos: a las mismas condiciones de las variables independientes los mismos resultados o variables dependientes, en una relación funcional específica-, un poco técnica -pues usa herramientas derivadas de las ciencias- y mucho de estimación - modelos econométricos, técnicas de proyección y regresiones de variados tipos, sigue una constante del hombre: intentar predecir el futuro. En rigor una bobería: no hay condición humana capaz de tal hazaña. Aun con todo este entramado no es capaz de resolver la dicotomía esencial de riqueza-pobreza.

En esta disciplina se define el ahorro como "postergación del consumo", bien en lo conceptual. Sin embargo, en lo básico se debe dar que Ingresos > Desembolsos. Es decir, a pesar que todos valoramos las virtudes y beneficios del ahorro, este sólo puede ser materializado por quienes disponen del excedente señalado.

En el mundo real, en todo el globo 4/5 de la población no logran hacer cumplir esta condición. En consecuencia, si bien la economía procura una mejor distribución de la riqueza -en una dimensión filosófica por cierto-, no es menos cierto, entonces, que su idea del ahorro es de utilidad tan sólo para el 1/5 restante.

Antes de todo la economía debe salir de lo filosófico al mundo real, y plantearse modelos de desarrollo con una distribución más humanitaria. Siempre vemos democratizar las pérdidas y concentrar los beneficios, el eterno lado oscuro del hombre. A pesar de todo, somos muchos los que impulsamos una mejor sociedad, aunque los villanos aún tengan un mayor peso específico. ¿Qué cuesta, si un porcentaje despreciable de aporte de las mayores fortunas planetarias podría lograr este propósito?. AC

miércoles, abril 05, 2006

LA SALUD NO ES UNA MERCANCIA


Aristo Cartessi

Como siempre ocurre en la historia, los temas fundamentales se sitúan en el debate o en el silencio en forma alternada. El silencio es conveniente para quienes se benefician. La discusión abre las esperanzas de aquellos que son objeto de injusticias o abusos.

En Chile en estos días se encuentra en el tapete público el asunto del sistema privado de salud y la reciente alza anunciada, de un 2.71% para cinco o seis empresas que representan más de cuatro quintos de la oferta total privada.

Este incremento, la inseguridad del trabajo -informada en varios estudios- y el bajo impacto de las protestas de los más pobres en las decisiones superiores, hace de esta apreciación de los precios un problema social y económico no menor para muchos ciudadanos y una alerta a la recientemente electa mandataria, Michelle Bachelet, para hacer de este hito una oportunidad inmensa de disminuir las inequidades e injusticias.

Lo más trascendente del debate debe situarse, sin temor alguno, en que la salud, en las sociedades modernas, es un derecho y un beneficio de orden humanitario. Es decir, independientemente del rango patrimonial de cada individuo, todos tienen el derecho a acceder a una salud de buena calidad.

La salud tiene un costo, es cierto, pero este no la transforma en una mercancia. El costo es el tamaño del esfuerzo que la sociedad en su conjunto debe asumir. En este orden, los más afortunados deben contribuir para socorrer a quienes no tienen recursos suficientes.

El factor determinante es que tanto autoridades como privados y muchos pensadores del mundo intelectual y académico, tienen el switch del neoliberalismo exacerbado y no lograrán ver que es necesario sembrar enormes cantidades de solidaridad, afecto y humanidad, para lograr una sociedad más justa y en camino de constante perfección. Quién sabe si es mucho pedir.AC

jueves, octubre 06, 2005



FUTURO ESPLENDOR




La educación es insustituible

si una nación aspira a vivir

como una sociedad sólida,

humanista y duradera







Aristo Cartessi

Si se mantiene el presupuesto nacional financiado, con un criterio conservador, los excedentes extraordinarios –del Cobre y el Molibdeno- se deben concentrar en elevar drásticamente, como jamás antes en la historia del país, la calidad de la educación –preescolar, básica, media municipal y subvencionada y superior, con acento gigante en los percentiles con menos ingresos, incluyendo muchas becas parciales y totales.

Todo en un horizonte de evaluación de no menos de un cuarto de siglo, en secuenciales reiteraciones gubernamentales, no importando el color de cada uno de ellos. Un acuerdo nacional inédito y revolucionario.

Al cabo, muchos ciudadanos, de todos los estratos y cunas, formados, ilustrados y con la semilla y la convicción de la creación, la inventiva y la innovación en todos los campos del conocimiento humano –cada uno de ellos al servicio de la comunidad y no a la inversa- posibilitarán un futuro esplendor.

Un país que logra este viraje de paradigma se encamina a una sociedad sólidamente desarrollada –integralmente, más allá del ámbito puramente económico- en las artes, la ciencia y todas las expresiones de la cultura y ¡como consecuencia! también un mejoramiento de las condiciones materiales de vida.

El hiperconsumismo o excesiva aspiración por “bienes” –materiales se quiere decir- está en las antípodas de esta nueva sociedad, más igualitaria, amable y sustanciosa...de verdad. En consecuencia, todo estímulo exacerbado y frecuentemente irresponsable, que invite al consumo desmedido, muchas veces atentatorio a la estabilidad económica de los grupos más desprotegidos, debe ser jibarizado sino extinguido. Las bases de esa sociedad pertenecen a una acción civil, la que debe focalizar todos sus esfuerzos en este cometido. Así y sólo así alcanzaremos las metas.AC

jueves, septiembre 29, 2005


FUTUROLOGIA, PETRÓLEO Y PODER


Quizás en sólo unas décadas más,

se presenciará el traslado

del centro de gravedad

mundial, desde el Medio Oriente

hacia las estepas de la ex URSS



Aristo Cartessi

Releyendo el ensayo “El Fin de la Historia” de Fukuyama, y su sinceramiento implícito de la instauración de la uniformidad del modelo económico actual, admitiendo simples adaptaciones a su implantación, en continua diseminación en el orbe, uno se pregunta sobre el cambio de eje o centro de gravedad mundial que se avecinaría en los próximos años.

Los Estados Unidos, en forma de política exterior, expresan claramente que más allá de los Bin Laden o los Hussein, sus incursiones por el Far West global no responden a pliegos reivindicatorios de violaciones a los derechos humanos o a la desestabilización de sistemas democráticos, sino a solidificar la hegemonía económica mundial.

Vietnam que, visto desde los cineastas norteamericanos se aparece como una victoria, termino siendo uno de los mayores colapsos y afrentas sufridos por la potencia en la segunda mitad del siglo XX.

Desde ahí, los hechos permiten leer con claridad meridiana que el abastecimiento de petróleo, hacia la economía más consumidora del planeta, es uno de los focos del diseño de las acciones extrafronterizas de Norteamérica.

Conforme a los especialistas, la segunda mayor reserva mundial de crudo está bajo los suelos de los territorios de la ex Unión Soviética. Entonces, ¿podemos esperar que, una vez en declinación, el escenario en conflicto de Oriente Medio éste dé paso a belicosidades en las estepas heladas de esos territorios?.

¿Serán los talibán de mañana los herederos de los cosacos?, o ¿los aldeanos de Afganistán, Irak, Irán o de los Países Árabes que han de venir serán los mujics de aquellas tierras?.

En la larga y sinuosa línea de tiempo histórica, es de toda certeza que un período de décadas e incluso siglos es infinitesimal, comparado con la larga data de la evolución humana. Sin embargo, la “velocidad de cambio” histórica se ha acelerado: en los últimos cien años se han producido más transformaciones que en muchos siglos anteriores. De modo que esperar que la diplomacia mundial y los analistas, dentro de no mucho tiempo, estén afanados en observar este nuevo entarimado, no es ni descabellado ni menos probable que otros acontecimientos pretéritos que, en su momento, se consideraron imposibles, o lisa y llanamente una locura de la especulación afiebrada de un analista de Política Mundial.AC

lunes, septiembre 26, 2005



AÚN ESPERAMOS LOS CONTENIDOS


La política nacional parece

haberse desvinculado

completamente de su esencia,

sólo parece concentrada en

lo externo y periférico.


Aristo Cartessi

Las naciones, a través de la dilatada existencia de la sociedad, han desarrollado esfuerzos denodados por encontrar las mejores fórmulas de organización. La democracia, desde sus simientes clásicas, de la mano de Aristóteles, Rosseau, las lecciones de la Revolución Francesa y de los modernos enfoques republicanos, descansa sobre preceptos inamovibles e irrenunciables. Todos en función de los superiores intereses de los ciudadanos.

Los llamados “políticos”, aunque todos en una medida lo somos, están más preocupados de sus rencillas particulares o de imponer mecanismos y normas de interés particular. Hemos asistido a disputas que dejan precipitar el núcleo de la discusión: en asuntos de pedofilia que importan los afectados...los niños abusados; en corrupción, es más importante la honra de un “político” que el interés sobre el patrimonio nacional; en soluciones es mejor miles de viviendas que se filtran que menos...que sean auténticamente dignas.

Hay discriminación por doquier: si una persona vive en Vitacura es “vecina” si vive en Conchalí es “pobladora”; si vive en La Dehesa lo hace en su “residencia”, si lo hace en la Pintana vive en una “casita”; si su domicilio es Las Condes entonces es un joven “representante de la juventud chilena”, si lo es de La Granja es un “muchachote”. Las buenas universidades para los "lideres del futuro” y los CFT para la “población”, total el país necesita fortalecer las "carreras” técnicas.

Todo esto y mucho más. Por si esto fuera poco, ningún candidato ha sido capaz de entregar su programa de gobierno. Perdón, sé que algunos lo han escrito...incluso encuadernado. Pero se ha distribuido en sus propias filas o referido en reuniones de la propia tribu. ¿Y el resto de los chilenos no tiene derecho a recibir una copia íntegra para leerla y avizorar las intenciones y orientaciones de cada postulante?. ¿O es que acaso, y así parece ser, a la “gente” es más que suficiente informarla por píldoras televisivas o debates estructurados específicamente para impactar los sentidos y conseguir la línea vertical? Hasta cuándo nos privan de contenidos trascendentes, de argumentación monolítica, de propuestas de altura y de proyectos de país. La cantinela subtitulada en “los problemas” de la salud, educación y desempleo, sin cosmovisión es simplemente un instrumental al servicio del recuento de votos...el país...¿qué es el país? y...los ciudadanos...¿qué son los ciudadanos?AC

jueves, septiembre 22, 2005



EX LIBRIS




A pesar de los avances

tecnológicos, en esta

“era digital”, el libro está

predestinado, desde los

primeros tres minutos del

universo, irreversiblemente

a ser inmortal.


Aristo Cartessi

La primera vez que lo tuve sobre la palma de mis manos no era más que un montón de páginas impresas, encuadernadas y presididas de una portada. “De la Tierra a la Luna” escrita en caracteres grandes resaltaba sobre la cartulina de la tapa. Concluida la lectura primigenia –la primera de trece debo precisar- mi vida había experimentado el primero de tantos cambios trascendentales, propios del periplo de todos los hombres en el devenir de sus existencias.

Una enorme ventana se abrió a partir de ese instante. Descubrí los secretos maravillosos de la geometría euclidiana, impreso en suave couché. El hallazgo de las vidas de Newton, Pascal, Da Vinci, Mozart, Pasteur, surgieron de amarillentos volúmenes de segunda mano seleccionados cuidadosamente –compraba dos o tres por el precio de uno nuevo. Los campos de Waterloo se me fijaron multicolores en la imaginación. El monólogo de Segismundo “...nace el pez, aborto de ovas y...apurar cielos pretendo...”, me situó en la escena junto a él. El Quijote absorto en su enajenación maravillosa, ejemplo de idealismo, puro e íntegro me mantuvo observando mi entorno durante largo tiempo. Pero Verne, ¡Verne! El grande, el visionario, iluminado y anticipado, él me llevó por todos sus textos, en una carrera frenética y fascinante; la curiosidad científica, la apreciación estética, la búsqueda de los ángulos esenciales de la humanidad, despertaron, se expresaron y me envolvieron hasta la catarsis. Tal como Dostoyevsky me dejó derrumbado con los pesares de Raskolnikov, Tolstoi me ilustró aquella sociedad rusa de antaño, la de uniformes majestuosos y doncellas extraídas del sol. Y el Diario de Viaje de Marco Polo, una vida de sueño para emprender lo que uno se propusiera.

Desmiento de inmediato el carácter de evocaciones bucólicas o iluminación medioeval, sólo pretendo reponer la trascendencia del ex libris estampado en las tapas de libros memorables, en hogares memorables, que daban al dueño y los suyos la oportunidad de concebir, analizar y formular su propia cosmovisión de sociedad, descubrir el sentido de la vida –más allá de la coyuntura-, establecer principios, valores e idearios. No es casual que los grandes constructores de la civilización se nutrieron de miles de páginas bellas, sólidas, que han trascendido todas las barreras de los tiempos. No es el azar, la casualidad o la simple coincidencia, el constructo del hombre está recogido y contenido en las miles de toneladas de libros, almacenados en todo el mundo. Eso hace del libro una fuente de saber y sabiduría de excelencia y un tesoro por antonomasia.

Nada es comparable a la experiencia de sumirse en el mundo que el libro nos pone al frente, no hay vivencia más emotiva que descubrir las claves de la travesía del hombre entre los párrafos de un hermoso libro. A pesar de los avances tecnológicos, en esta “era digital”, el libro está predestinado, desde los primeros tres minutos del universo, irreversiblemente a ser inmortal. No bastó la desaparición de la biblioteca de Alejandría, la descomposición de los rollos y los papiros, las quemas masivas –en todas las latitudes- por regímenes insensatos del siglo pasado, el libro continua más vivo que nunca.

Más allá aún, jóvenes, adultos, de todas las lenguas, razas y culturas, tomen una pluma, un bolígrafo o el teclado de un computador, y dejen sobre el papel, del tamaño o color que sea, sus ideas, inquietudes y sueños –por más descabellados que parezcan. Los editores, una especie escurridiza muchas veces, en algún momento les abrirán las alamedas. Sus padres, sus hijos, todos los suyos y el mundo entero se los agradecerá.

El hombre nace para ser protagonista, no espectador, cada uno en su frente tiene la tarea superior de honrar a la civilización con una contribución. En medio de un mundo que se despersonaliza cruelmente, la única fuerza de cambio es el propio hombre. Ojalá, mañana me tope, y ustedes, con algún volumen con el rótulo ex libris y en hermosas y grandes letras escrito el nombre de muchos de ustedes...que se atrevieron y nos legaron un mensaje que permitirá construir el edén, aquí, en el mundo real y no en una fumarola onírica que se desvanece con una simple brisa.AC

sábado, septiembre 17, 2005

HUMANISMO DEL TERCER MILENIO




La culminación de la
vida en sociedad
radica en la equidad,
justicia, libertad e
igualdad de oportunidades



Aristo Cartessi


Es probable que muy pocos individuos, a lo largo de la historia, no han soñado, alguna vez, con las hermosas imágenes mostradas en el celuloide, de los antiguos imperios clásicos, la perfecta arquitectura del medioevo, el espíritu luminoso del Renacimiento o las escenas cautivantes de la Polinesia, Africa o del Oriente Lejano. Pero, sepa el espíritu inquieto, que, como todas las actividades humanas, mientras unos han disfrutado, otros también han sufrido; la culminación de la vida en sociedad radica en la equidad, justicia, libertad e igualdad de oportunidades, éste es el constante derrotero del espíritu gregario y comunitario del hombre.


La vida es intrínsecamente bella, la sola toma de conciencia de estar vivo, y de tener la oportunidad de ir tras los sueños, por descabellados que estos sean, le da un sentido inigualable. En la medida que de esas hermosas evocaciones seamos capaces de extraer las ideas precisas, los impulsos sustantivos, ciertamente estaremos en la senda que el Creador concibió para nosotros.


El genio, el talento y la inteligencia, son capaces de materializar portentosas obras; en la medida que la solidaridad y el afectio societatis se manifieste y extienda, más allá de vocablos y expresiones musicales y armónicas, hasta el mundo real, a la cotidianeidad, en cada interacción con el otro, nos acercaremos, con rapidez creciente, a la sociedad que propiciará la felicidad de millones de personas a las que quizás hoy les asista el escepticismo más acendrado.


Ya entramos al tercer milenio de nuestra era, al menos treinta siglos de historia nos indican con crudeza que el hombre es un ser extrañamente inestable, puede actuar con la mayor de las santidades y, también, cometer los excesos inadjetibables de Idi Amin Dadá, ¿quién podría alzar la mano para negar la relación antónima entre Mahatma Ghandi y Adolfo Hitler?. Esta aparente, sólo aparente, contradicción es una genuina luz de esperanza. El hombre centro, el hombre núcleo o medida, de Protágoras, de Ortega y Gasset o de Rousseau, a pesar de tres mil años de contradicciones, señala, con más fuerza que nunca antes, que es un momento irrepetible, para construir una comunidad verdaderamente humanista; que tenemos la experiencia, la ciencia suficiente, el sufrimiento suficiente, para aspirar a la armonía y el entendimiento de todos los hombres.


Recursos, pan, aire y afectos, alcanza para todos, para los de hoy y los que vendrán. El hombre, si se equivoca, como muchas veces lo ha hecho, puede impedir la concreción del propio sueño del hombre; por otra parte, en sus manos descansa la única posibilidad de alcanzar la aspiración de millones que ya partieron y de los que partirán, la calidad del legado nos señalará si fuimos capaces, o si simplemente dimos un paso hacia el fin.


El corazón del cambio es el propio hombre. Un proyecto levantado a su entorno, con la valoración del otro, con mi aporte para los demás, privilegiando primero el “dar”, apoyando a los más débiles y carenciados, tomando la mano del más viejo, guiando al más pobre, encaminando a cada uno de los desorientados, así podremos ...el Humanismo.


Más allá de la manifestación fría e insensible de la tecnología subyacen otros hombres que se emocionan, que crean sofisticaciones técnicas y científicas...que se aman y aman a los demás, en un sentido extendido, amplio, no en la acepción corriente, vinculada a la relación amorosa de dos personas, sino que elevado a la n-ésima potencia, aquel fértil, creador e impulsor de sociedades, constructor de civilizaciones y de comunidades humanistas, aquel vulcano que mantiene encendido el corazón de la tierra... teniendo primordial y esencialmente como centro de la vida al hombre, en su mayor expresión de pureza y capacidad creadora de felicidad, desbordando la totalidad de las fronteras geopolíticas que han sido dibujadas sobre un papel cartográfico, muchas veces por hombres miopes, que soñamos que en este milenio sean una especie extinta. AC

martes, septiembre 06, 2005


SEGURIDAD SOCIAL, LA TERCERA COLUMNA

Al final de una larga

vida de trabajo, sólo

algunos, en los números

universales, pueden

retirarse “tranquilamente”.


Aristo Cartessi

En artículos anteriores me referí –in extenso- a dos columnas fundamentales, a mi particular criterio, para la construcción de una sociedad más justa y perfecta: la educación y el trabajo. La “triada esencial” se cierra con un aspecto que, ciertamente, permite contar con los cimientos, para emprender la obra central: la materialización de una organización planetaria que nos haga merecedores a la denominación de Humanidad. ¿Qué duda cabe que la Seguridad Social señala el cierre de la circunferencia perfecta?.

Efectivamente, si –por un instante- asumimos que los postulados previos están en el correcto curso de navegación, y a su velocidad de crucero, y, por otra parte, incorporamos ceteris paribus, podemos constatar que, particularmente en los países menos desarrollados, la educación suficiente y el trabajo digno no bastan. Las restricciones a la salud y a las pensiones de jubilación pueden echar por tierra todo lo avanzado.

En el campo de la salud es indiscutible que los avances de la ciencia han impactado positivamente los índices más adversos, no obstante, es el resultado agregado de la sociedad total, del camino propio de evolución que caracteriza al género. Sin embargo, aún persisten enormes distancias entre los seguros de salud privado y las administraciones gubernamentales de sistemas alternativos. Los sistemas privados, basados en el recaudo de mensualidades, descontados de las remuneraciones de los trabajadores, ofrecen beneficios crecientes, conforme a los niveles de ingreso, es decir, a mayor ingreso mejor salud, contrario sensu a menores ingresos...

En principio, y con una mirada superficial no carece de “lógica”, pero con una lectura adicional, si observamos los “pisos” o mínimo conjunto de prestaciones, estos resultan inalcanzables, en términos de cobertura, libre elección y tecnología, para los ciudadanos de menores ingresos, que se ven impelidos a usar los seguros estatales; y para sus adscritos...¡ay de ellos si pierden el empleo!. Los servicios estatales, lamentable y generalizadamente, operan lejos de criterios mínimos de respeto hacia sus usuarios; sin ir más lejos, “detalles” como escasez de sábanas, camas pintadas, baños higienizados, medicamentos suficientes, tiempos de respuesta infinitos, ejemplifican una realidad dura y que tenemos la obligación de resolver. La rentabilidad no siempre guarda una correlación mayor a uno con el bien social entregado, es más, una sociedad de mayor equidad choca, en algún momento con la fraternidad. Esta es la ecuación que hay que solucionar.

Por otra parte, al final de una larga vida de trabajo, sólo algunos, en los números universales, pueden retirarse “tranquilamente”. Los trabajos más modestos reportan menores ingresos, un feroz desgaste físico y mental, y también un retiro, que más que el inicio del descanso, es el comienzo del tercer tercio de la vida en un verdadero purgatorio, real y concreto. ¿Es posible que luego de una vida completa dedicada a realizar el aporte individual, a la construcción universal, haya personas a quienes la sociedad desconoce tal aporte?. Es cierto que una forma de premiar, históricamente, los logros de los seres humanos es el patrimonio y la gloria, pero, por otra parte, nos preguntamos nuevamente, ¿Qué tanto cuesta alcanzar mínimos dignos, humana y solidariamente dimensionados, no producto del vórtice del mecanismo social sino que ex profeso establecidos los ciudadanos del mundo?.

En ciertas instancias se democratizan las diferencias: en el clamor de los estadios, en las ceremonias litúrgicas, en ciertos círculos, en el deambular por las calles, pero la realidad, inequívocamente, surge siempre. A la salida de los campos deportivos, unos regresan en hermosos coches, otros en guaguas, buses o micros, otros con aventón. La idea no es una sociedad estándar, uniformada ni con un solo formato, sino que, aceptando las diferencias, la brecha en la distribución del ingreso alcance cuantías humanas, que den la posibilidad de que cada cual pueda construir su propia felicidad en torno a un proyecto de vida, y heredar a los que vienen atrás un campo más fértil.

Un buen comienzo es formular sistemas de Seguridad Social, salud y jubilaciones, que inicien el camino que permitirá alcanzar la meta. Seguramente una reducción de la rentabilidad por acción, un descenso infinitesimal en las rentas de los percentiles superiores un adecuado re-enfoque de los fines de lucro o un incremento de la eficiencia en la administración de los presupuestos públicos, no causen la pobreza de nadie, pero, lo que sí es cierto, es que serán millones los seres humanos, repartidos por el mundo, que se acercarán o superarán las líneas de pobreza, que puedan educar a sus hijos o comprar una vivienda. O, simplemente, unos cuantos millones de trabajadores retirados, ancianos, puedan, al menos, morir con dignidad.

La tarea es ciclópea, pero el desafío cumplido retornará la energía para seguir desbastando las piedras fundacionales de la fascinante sociedad levantada por el hombre sobre la portentosa Creación.AC

viernes, septiembre 02, 2005


TRABAJO, LA SEGUNDA COLUMNA

¿Quién no podría estar

dispuesto a trabajar,

aunque sea duro,

no para picar piedras,

sino para construir catedrales?



Aristo Cartessi

Millones de hombres, a diario, se levantan por las mañanas para ir a sus trabajos, otros millones salen en busca de él, y otros, cansados de salir tras uno, comienzan a rumiar el síndrome de la pobreza. Una pequeña fracción de hombres, contrario sensu, controlan las grandes empresas, los estados y el dinero. No crean adivinar la línea que plantearé, creo que estos antecedentes resultan ser la mejor combinación, el mejor de los mundos. Si la cúpula lo decide, basta una simple decisión, puede resolver el problema ipso facto. Creando una cantidad marginal de puestos de trabajo, que no afectarán los macropatrimonios o el valor de los dividendos, ni menos la recaudación de tributos, el desempleo, la cesantía, el paro tendería a la extinción. Insisto, son condiciones inmejorables para dar solución a esta suerte de castigo, que afecta a millones de padres y madres de familia. La educación la simbolizamos como la primera columna, el trabajo es la segunda, una tras otra, éstas y las siguientes, levantadas armónicamente, tienen la capacidad de llevar a cabo la más grande revolución que el hombre, desde que se irguió, pueda concebir. La revolución de la sociedad justa y perfecta, la antesala casi del estadio superior regido, por fin, por la naturaleza humana pura, como centro de la vida civilizada.

En una universidad privada, hace algunas semanas, se distribuyó un bono, dividendos en realidad, de un millón de dólares, entre cinco de sus directivos propietarios. Al tiempo que muchos alumnos estaban o abandonando la universidad o endeudándose hasta la camisa. Además, muchos profesores, conforme al mercado, aceptaban honorarios insulsos por su entrega académica. Me pregunto si afectaría, sustantivamente, sus riquezas, si por un lado incrementaran las rentas de esos docentes o contrataran nuevos académicos para aportar al desempleo, y por el otro apoyar estudiantes agobiados por sus realidades, que abandonan la universidad. ¿Podría un director o gerente de empresas, acercarse a la línea de pobreza, si aportará un mínimo para que la compañía integre un nuevo trabajador, con la consiguiente recuperación de dignidad de los miembros de la familia?. O, ¿qué pasaría si un Gauguin o un Van Gogh que embellece la recepción de la presidencia, se licúa para financiar nuevos puestos de trabajo?, al fin, igualmente lo podrían apreciar en el museo de bellas artes.

Todos trabajando, todos adquiriendo, todos produciendo, todo funcionando. Mecanismo racional y simple. Los que pueden deben demostrar su creatividad empresarial, diseñando nuevos proyectos, rentables, que generen beneficios y produzcan trabajo. El mundo está lleno de riquezas y oportunidades, en lugar de fanatizarnos con lo de siempre, busquemos nuevos derroteros, nuevas oportunidades. Abramos nuestras mentes a propuestas refrescadas y vitales, a ideas renovadoras, a iniciativas con francas externalidades positivas, en que el beneficio para las personas sea el eje rector, no más el frío criterio de la rentabilidad por acción.

Es la ocasión de hacer de los vergeles y los patios industriales centros de desarrollo y calderos en que se elevan los aportes y las propuestas. Mientras políticos centran su trabajo en un conjunto de iniciativas de carácter operativo o de interés parcial, como el mecanismo de acceder a un sillón en el parlamento o el cómo financiar campañas, o algunos empresarios buscan las desgravaciones impositivas o exigen al estado le garanticen la carencia de riesgo, hay otros que esperan que, por sobre estas actuaciones, surga la creatividad y el genio que se espera de ellos, ¡si su rol es, en esencia, construir, pero construir para la sociedad, no para ellos!.

Por lo demás, no tengo la menor duda al respecto, la sociedad toda está lista para asumir la parte del trabajo que le corresponda, en la construcción universal. ¿Quién no podría estar dispuesto a trabajar, aunque sea duro, no para picar piedras, sino para construir catedrales?. No debemos engañarnos ni menos desconfiar entre nosotros, cada uno lleva la semilla del hombre bueno rousseaniano y la musculatura de Aquiles, dispuesta y preparada para erigir la sociedad que todos queremos.

El hombre ha protagonizado aventuras y gestas que nos enorgullecen, millones de registros nos muestran de lo que somos capaces, queremos creer que las insanias, intolerancias y desatinos son solamente accidentes involuntarios. Desde esta perspectiva, la esperanza en la cordura y en las dotes que cada uno de nosotros, ciertamente, posee, deben trasmutarse en la energía, la fuerza y el empuje que se necesita. Así, estará en nuestras manos, no en las de otro, la erradicación de la falta de trabajo, una de las mayores afrentas que puede experimentar un hombre. ¿Quién asumirá el inicio?.AC

sábado, agosto 27, 2005




EDUCACIÓN, LA PRIMERA COLUMNA



La educación permite la

movilidad social, mejora

las expectativas laborales,

fomenta el emprendimiento,

abre las puertas a la salud,

y finalmente lleva a la felicidad

Aristo Cartessi

Los pequeños que padecen hambre, frío y carencias fundamentales, en mayor número del que quisiéramos, forman parte, lamentablemente, de la heterogénea geografía de nuestros países. Paradigmas rígidos y cuestionables se implementan, por los gobiernos regionales, muchas veces forzados por las exigencias de los grandes conglomerados financieros, que ven al continente como un “segmento de mercado”, sin atender la dimensión humana. Estos descendientes, de la gran cultura latinoamericana, no cargan culpa alguna que les condene a tan infausto destino.

Las naciones que han minimizado los desequilibrios, que otorgan oportunidades efectivas, en que los más capaces –a pesar de su pobreza- se incorporan como agentes de desarrollo, han comenzado sus procesos con una herramienta invulnerable: la educación. Todo intento de hacer, todo deseo de progresar, toda iniciativa de avanzar, exige preparar a las personas para asumir las tareas, en el complejo proceso de construir un modelo de sociedad sana, solidaria y feliz. Si los líderes de hoy no entienden esto, hagan lo que hagan, jamás podrán legar el mundo que los que vendrán se merecen.

Para levantar el edificio del mañana, la primera columna que ha de erigirse es, sin mediar cavilación, la del conocimiento. El mundo es lo que es por la acumulación del saber humano. Los iconos históricos como la Biblioteca de Alejandría o la de Irak –que durante la reciente ofensiva anglo-estadounidense, en medio de las revueltas- fue saqueada, representaban hitos de la civilización. La educación, mediante la entrega de contenidos, valores y capacidad crítica permite, a quien le accede, tomar posiciones eficientes y constructivas, en el momento temporal que le toca vivir. Sobre este fundamento se ha construido, capitulo a capitulo, la historia humana.

No hay excusas suficientes para que mandatarios, políticos y actores sociales no se la jueguen por el arma más poderosa para el desarrollo. La educación permite la movilidad social, mejora las expectativas laborales, fomenta el emprendimiento, abre las puertas a la salud, y finalmente lleva la felicidad y la alegría a todas las familias y cada persona. Las polémicas y discrepancias, instrumentales la mayoría, no nos conducirán al objetivo. Debe establecerse el verdadero derecho a ella, no basta que quede consignado en el texto de las constituciones o de las declaraciones universales, es menester que los vocablos cobren vida, que las frases originen acciones en el mundo real, no en el podium de un parlamento, no en un discurso presidencial ni tampoco en las expresiones de deseo, o declaraciones de intención, de aquellos que, día a día, hacen uso de las pantallas de los televisores de todo el globo.

Las políticas, convertidas en realizaciones, deben permitir que, ejemplarmente, muchachos de escasos recursos con buenos rendimientos académicos, puedan cursar, incluso la educación superior, financiados por el estado, los postgrados deben ser alcanzables por méritos no por capacidad económica. Los colegios, liceos, Institutos Profesionales y Universidades estatales tienen que asumir esta tarea, ellos deben invertir en el futuro, por cuenta de los menos favorecidos. La educación privada es para quien la pueda pagar, no por ello los que no puedan deben ser excluidos. La calidad de esta educación puede y debe estar a la altura de la que se puede obtener pagándola. Para los buenos estudiantes que no cuentan con dinero debe establecerse financiamiento gubernamental; para los de menor abolengo intelectual aunque sin dinero, porque no tenemos derecho a privarlos, mecanismos mixtos de regímenes becarios con créditos complementarios; para los que pueden...que concurran al pago.

Pero estos proyectos deben llevarse adelante con sólidos fundamentos morales y éticos. No se puede formar excesos de profesionales o técnicos respecto de la capacidad de demanda de la sociedad. No se debe engañar, doblemente a las familias, por un lado facilitarles algo de dinero para estudiar, dejándolos, de paso, endeudados en el largo plazo, y por la otra, al final de la educación, no tener oportunidades de trabajo o de emprender. La metodología debe contemplar la gradualidad creciente, entre creación de riqueza y empleo e incremento de recursos humanos calificados. Sincerar los protocolos operativos, bajo una estricta consideración del ser humano, llevará a los países de la región hacia el desarrollo real, viable y sustentable. Es el momento de iniciar la construcción de esta primera columna, levantarla y, junto con este acto, comenzar a merecernos en plenitud la denominación de civilización.AC


SERES NOTABLES



Seres notables, como mi portador

de noticias esperadas,

hay millares en todos los sitios


Aristo Cartessi

En el primer instante dudé, creí reconocer, entre las capas de piel envejecida, cuidadosamente plegadas una sobre otra, un rostro grabado en algún sitio de mi memoria primera, de los más tempranos inventarios de mis primeros años. Por unos segundos quedé como petrificado, quizás así se sintieron los que volviendo la mirada atrás se trocaron en efigies salinas. Si alguien hubiese estado conmigo probablemente me hubiese indicado que omitiera mi sorpresa, creyendo ver simple morbo en el gesto, sin saber lo que ese hombre gatilló en mi historia; era, por cierto, un ser notable, que como muchos de ellos, circulan entre nosotros cubiertos por el anonimato.

En un solo segundo la certeza se hizo presente, era él, sí, el mismo de antes... pero con las huellas de sus tareas. El rostro amable y la voz resuelta de la época en que voceaba las cartas, casa por casa, ya era historia; sabía los nombres de todos los que recibían de sus manos los esperados sobres. Aún recuerdo, como si hubiera sido hoy por la mañana, aquel día en que, desconocedor de lo que me entregaba, alegrando el corazón de aquel niño soñador, uno de mis más preciados tesoros de hoy: el hermoso sello conmemorativo de la llegada del hombre a la luna. Me fue entregado en una soleada mañana de Agosto.

El sobre con la impresión en relieve y el timbre de la primera emisión, llegaban a mis manos sin proponerse futuro alguno. Tampoco sabiendo que más adelante sería una de mis piezas con más hondo significado. El portador de tanta potencia, se me apareció hoy: tantos años de cargar la pesada valija en su hombro derecho, aquella terminó amputándole el brazo por completo, la manga incontenida pendularmente iba y venía al ritmo de su caminar. La mirada, aún con esa expresión adusta y severa de antaño, le mantenía la expresión gallarda de su semblante; la nariz romana y el mentón de centurión lo hicieron ver tal cual imaginé a un antiguo guerrero, que libró valientes jornadas en los campos de Marte. Las suyas fueron bajo la lluvia, atacado por canes desconocidos o insultado por insensibles villanos que proyectaban la voz cobarde, escudados tras los gruesos barrotes de las ventanas.

¿Quién soy?, ¿Quiénes somos?, la resultante de los recuerdos heroicos, como la reaparición de este cartero alado de mi infancia; de las penas más intensas, como aquella que surgiera al ver romperse el filamento de la razón y el diálogo, imponiéndose la fuerza de las llamaradas que enrojecían la salida de las bocas circunferenciales.

Las hebras, que nos unen a cada uno de nuestros recuerdos, forman el tejido que, fundido con el de todos, componen la estructura sobre la que descansa la sociedad. Seres notables, como mi portador de noticias esperadas, hay millares en todos los sitios, el problema es que nos hemos olvidado que, a pesar de no verlos hace mucho, deambulan por las calles sin pedir homenajes, sin embargo, ellos son los verdaderos constructores del futuro, filtrándose a través de nuestras vidas. El relojero, el zapatero, el tendero, el afilador de cuchillos, todos ellos jamás pensaron siquiera que, por su sola existencia, incorporaban el primer material trascendente de nuestras propias existencias. Son ellos, sus rostros y sus manos, sus tristezas y sus alegrías, quienes nos deben hacer ver el sentido auténtico de todos nuestros avatares, con frecuencia insulsos, en que confundimos grandeza con éxito, gloria con fama o trascendencia con figuración.

La paz, tan esquiva desde las primeras comunidades humanas, los valores, tan fugaces a veces, y la fraternidad, una palabra que algunos no se atreven a pronunciar, y, entre todos los descubrimientos o propuestas lo mejor hasta hoy, la democracia, esta suerte de modelo y forma de vida, que con los siglos no ha cambiado en su esencia, y que sin embargo ha sido manoseada a arbitrio de sus manoseadores, representan algunas de las aristas fundamentales, ¡y tan simples que son!, para hacer una sociedad digna, pacífica y creadora, en la que cada uno de sus miembros dedique una porción de su tiempo propio en beneficio de los otros, con este simple ejercicio es de total certeza que el mundo, en dos o tres generaciones, podría volcar la estupidez y la insensatez que parece guiar a gran parte de quienes tienen el control de los mandos.

Personas simples, silenciosas, que nada más hicieron lo suyo y que, con el tiempo, se han convertido en contornos. No es necesario el concurso de alambiques para retomar el camino. Un momento, sólo uno, en la longitud de onda acertada, y constataremos que, tras la pirotecnia, el norte de la sociedad, puede surgir de improviso, simple y sencillamente con la recepción de un sobre de manos de un ser notable.AC

jueves, agosto 25, 2005


FALACIAS VALÓRICAS


Mientras más cueste más elevado

y permanente,

y a mayores luchas mayores glorias.

Aristo Cartessi


A nadie le cabe duda que para construir la sociedad de mañana, los esfuerzos sustantivos deben concentrarse en la formación de las nuevas generaciones. Los recién nacidos de hoy serán los adultos que estructuraran el mundo que nos sucederá. Al igual que para el agricultor, la elección de la mejor semilla incrementa las probabilidades de una cosecha de calidad y abundante, los nutrientes, materiales e inmateriales, que proporcionemos a los niños y jóvenes de hoy, elevan la esperanza cierta de una sociedad en que los valores, en el sentido aristotélico, guíen las decisiones de los hombres grandes que ciertamente ellos serán.

Asistimos a un mundo convulsionado, a sociedades desmembradas, a relativismos que tienen la espesura de una cuartilla de papel y el vuelo de una esfera de jabón, directrices rectoras que no resisten el menor análisis o pruebas de existencialidad y trascendencia. Las virtudes vinculadas a la sensibilidad por las dolencias del vecino suelen escasear. La globalización, aspiración mercantil e ideológica, desde tiempos inmemoriales, concebida como intercambio o trueque útil de genuinas obras de la brillantez humana, dista ciento ochenta grados de aquella que intenta imponerse cruel e indolentemente en nuestros días, en que el desdibujamiento de las individualidades excelsas simplemente entierra las esperanzas de una sociedad venidera amigable, solidaria, fraterna y justa, hoy la fuerza se ejerce artera y fría. El control del fuego, del capital, y del poder subsecuente, no se imponen, con demasiada frecuencia, conforme a normas de interés de la sociedad universal, sino que, bajo mantos camaleónicos, ocultan intereses egoístas y mezquinos, la indolencia exacerbada se encuentra por toneladas bajo la epidermis de declaraciones aparentemente democráticas.

Mientras el mundo necesita, crecientemente, educación, trabajo y salud, una triada gloriosa que llevará al Olimpo a los estadistas que sean capaces de entenderla en toda su magnitud, los detentadores del poder, en cada punto del planeta, simplemente dejan al libre arbitrio la implantación de desvalores rotundos, metamorfoseados como referentes dignos de imitar y seguir, atributo exclusivo de los genuinos valores, en estricto simplemente valores. La pena es inmensa al verificar que las falacias valóricas se apoderan del corazón del mañana: los millones de niños y adolescente, inocentes, que sin filtro alguno las asumen como modelos a imitar. ¿Quién puede contraponerse, sólidamente, a que la transitoriedad de la fama, el éxito abrupto, el glamour, los emergentes seudo líderes, representan una mil millonésima, en términos de personas, de todos los futuros hombres y mujeres del mundo venidero?. ¿Puede uno sólo ser rebatir que las fortunas y reductos de aquellos se basan en el mayor empobrecimiento de los más pobres y humildes, que consumen couché lustroso por toneladas?. ¿Quién puede negar el embotamiento con que millones de adolescentes, descuidando el cultivo verdadero de sus vidas, se sientan durante maratónicas horas frente a los aparatos de televisión, tras la clave de sueños falaces?. Debemos ser insistentes y repetitivos en la defensa de la trascendencia y el desarrollo construido sobre parámetros que provoquen la movilidad social, el mejoramiento cimentado en resultados de largo plazo, y, por encima de todo, en beneficio de la comunidad planetaria. No se trata de países ni gobiernos en particular, menos de partidos políticos u otros conglomerados de poder, sino que simple y maravillosamente en función de la sonrisa y la felicidad de nuestros niños.

Son incontables los adolescentes, en todas las sociedades y culturas, que rechazan los lineamientos de los padres, que se resisten a los consejos de quienes les aman, que confunden amor de verdad con luces y destellos de escenarios de fumarolas y pirotecnia abominable. Sepan los jóvenes que me puedan leer, con uno y sólo uno sería feliz, que cuando sus padres les ponen límites, reglas y normas de conducta, y no lo duden ni un instante, están frente a una expresión de amor que quizás nunca a lo largo de toda su vida volverán a experimentar. No se dejen llevar por la transitoriedad y la ligereza con que los agobian a cada instante, en los escaparates, en las pantallas de la televisión, en miles de horas de programación radial pestilente, en revistas e insertos, que invitan a un mundo que, casi con toda certeza, uno y sólo uno de cada muchos millones podrá rozar apenas, mientras el resto compruebe que perdió, irreversiblemente, años que no recuperarán, y que los verdaderos sueños y proyectos se construyen con trabajo duro y persistente. Mientras más cueste más elevado y permanente, y a mayores luchas mayores glorias.

Los hombres y mujeres que nos cuidarán en nuestras camas de ancianos, o en casas de reposo, luego de atendernos, o lisa y llanamente visitarnos, al retirarse deben sostener con fuerza el cetro de la dirección que están obligados a ejercer. Ya no por los viejos, sino que ahora por sus propios descendientes, sus hijos, nuestros nietos y biznietos, así ya estarán encabezando la generación de recambio. Es en ese momento en que la sociedad volcará la mirada sobre ellos, y es esa la oportunidad única de glorificarse actuando para beneficio de sus congéneres.AC


PACEM IN TERRIS


Ninguna vida vale lo
que cuesta una bala,

un obús o un misil lacerante,

sin importar la bandera
o región del globo
que tenga grabados

en su envoltorio


Aristo Cartessi

Desde tiempos inmemoriales la sociedad, en sus distintos estadios evolutivos, ha exteriorizado a través de la guerra sus lastres de insania y barbarie. En la época de los grandes imperios de la antigüedad, que han merecido páginas ejemplares de un verdadero ejército de historiadores, ensayistas y novelistas, el fuego y el pretorianismo han sido empleados para alcanzar hegemonías planificadas y particulares, mediante el dominio y la opresión de pueblos escuálidamente defendidos, sino simplemente inocentes. De los antiguos estrategas y tratadistas las fuerzas militares de todo el orbe han heredado un sinnúmero de obras y postulados para la guerra: la forma de guerrear de Julio César, las lecciones de Sun-Tzu y las tácticas napoleónicas. ¿Cuántos tratados del mismo tenor conocemos relativos a cómo hacer la paz?.

Las sagradas escrituras, las memorables aventuras del Quijote, qué difícil, hasta Ghandi, Luther King o la carta de la Liga de las Naciones, antecesora de las Naciones Unidas, y un sinnúmero de organismos regionales como la Organización de Estados Americanos. ¿Y en oriente medio y lejano?, ciertamente sus propios intentos. Sin duda que la paz, un valor esencial para la convivencia y desarrollo de la nación terrestre, parece ser menos inspiradora, en la línea de nuestro análisis, que la latencia del espíritu belicoso, por sí mismo o en respuesta a una agresión.

La convivencia pacífica, es decir, la cooperación voluntaria y manifiesta por el bien común mediante el diálogo y la inteligencia, ha logrado frutos, que a pesar de su trascendencia, han sido menos cubiertos por las prensas del mundo. La sociedad humana en los últimos quinientos años ha enfrentado una genuina revolución, en términos de constructos positivos para la humanidad, sin embargo, parece ser que la memoria retiene con mayor profundidad las batallas y las guerras, pues, incluso la historia, concibe como hitos estos acontecimientos, consignándose en desarrollo menor las grandes obras de avance y progreso de la sociedad.

Marconi y la telegrafía sin hilos, consecuentemente el prodigioso avance de la radiotelefonía; un escocés desconocido (tarea para la casa) a quien le cupo un rol preponderante en la creación de la televisión; Pablo Ehrlich y su compuesto 606, la primera cura para frenar el flagelo causado por la espiroqueta pálida; la “Juanasa”, una enzima recientemente informada por un equipo de científicos chilenos, que permitiría ahorrar millones de dólares a las familias...en el simple lavado de ropa; Leeuwenhoek, el eterno buscador del microcosmos, con miles de lentes pulidas con sus propias manos; todos, sin excepción, forjadores y genios que, desconocidos por la mayoría, han reunido esfuerzos para la construcción de un orden mundial pacífico, estable y esperanzado en un mañana positivamente mejor que el presente. Es indignante e insólito observar que los grandes constructores, contrario sensu con los “grandes militares”, nacen, viven, mueren y trascienden, sólo entre un puñado de personas sobre la faz del planeta.

Sólo la paz, verdadera, por dentro y por fuera, no desbordada del papel en que se escribe, ni sobrepasada, más allá del recinto en que se firman los tratados, debe ser el objetivo número uno de todos los programas de gobierno del mundo. La paz que triunfa sobre el abuso y el sometimiento a millones de seres humanos, en la mayor parte de la superficie terrestre, ha de ser la enseña que se eleve hasta el cenit.

Todos somos responsables de construir este mañana. Cada uno con la conciencia madura y con la libertad, la igualdad y la justicia como herramientas debe hacer su tarea. Desde los débiles a los poderosos, desde el africano al europeo, de oriente a accidente, de norte a sur, y en todos los puntos de la tierra, desde el sabio al analfabeto, todos estamos obligados, por el bien universal, a cumplir con nuestra parte del trabajo. Debemos ser vigorosos para plantar nuestros puntos de vista y nuestras opiniones. La civilización, en su carácter de tal, no debe ceder a los apetitos hegemónicos arbitrarios e ilegítimos, vengan de donde vengan. Los mayores esfuerzos tienen que concentrarse en la construcción de un mundo basado en la sinergia de los aportes de cada uno de nosotros.

La entropía, o tendencia natural al caos, presente en todos los sistemas, es el instrumento perfecto para los adversarios de la paz. Sembrar la confusión, la animosidad, incentivar belicosidades y enemistar a los amigos, son su caldo de cultivo. Abusar sin tregua de las carencias de los menos afortunados, iletrados, pobres, excluidos y marginados, ofreciéndoles premios inalcanzables, recompensas falaces o beneficios inexistentes, son vías arteras por las que se deslizan los opositores a la paz y la equidad.

Ninguna vida vale lo que cuesta una bala, un obús o un misil lacerante, sin importar la bandera o región del globo que tenga grabados en su envoltorio. Asimismo, ninguna dictadura, feudo o colonialismo es más fuerte que la humanidad reunida, en torno a la maravilla de vivir pacíficamente, sin amenazas, con el sueño tranquilo y las esperanzas convirtiéndose en realidad a raudales.

Los jóvenes serán mañana lo que les entreguemos hoy como legado, esta herencia puede ser la virtud o una bomba con espoleta de retardo que estallará en sus rostros, los rostros de nuestros hijos. No nos llevemos a la tumba la carga eterna de haber tenido la oportunidad y no haberla aprovechado. No nos sentemos, en nuestra vejez, en el pórtico a contemplar como pasan delante de nosotros las caras torvas, alucinadas y pretorianas de los hombres que pudimos, alguna vez, convertir en constructores en lugar de imbéciles obnubilados por la sangre y las esquirlas.

La esperanza de un mundo en que el virtuoso y el hombre de bien gobiernen, en lugar de dirigentes de dudosa calidad moral e intelectual, es el mayor acicate que nos guiará al objetivo deseado. La paz global, la verdadera pacem in terris, aquella que perdure, que dé alegría, que prolongue el progreso y genere la felicidad de los que vienen, se construye hoy, nada más que hoy, nunca mañana.AC

martes, agosto 23, 2005


REFLEXIONES EN TORNO
AL CRUDO



A veces no tenemos la capacidad

de extraer la sustancia de los hechos

contingentes, sin embargo, en un análisis

somero ya advertimos que, incluso,

el futuro de la civilización puede

verse afectado.



Aristo Cartessi


Es de general aceptación que las personas menos afortunadas, en el contexto económico, son la primera prioridad en el uso de los recursos públicos sociales. De esto se infiere que el otro extremo del espectro, el que tiene de sobra o no necesita, ve notablemente reducidas o simplemente nulas las posibilidades de acceder a estas partidas presupuestarias. Se sigue, entonces, que existe una gradiente de aplicación de recursos.

De modo que al estudiar el impacto de tributos, subsidios o variaciones de precio de los bienes transables se debe tener debida consideración de esta gradiente, para producir resultados que maximicen la correlación con el mundo real.

En este orden, toda decisión de la autoridad económica es un conjunto de medidas, multivariable, multifactorial, que se plasma en una determinada política. En correlato a la reflexión en curso, los mecanismos e instrumentos de política económica, deben ser, entonces, una función del comportamiento de la gradiente de requerimientos, mediante lo cual se asegura el interés por el bien general de la comunidad.

Un ejemplo es el alza internacional del precio del crudo, que se da coincidentemente con el incremento del precio del cobre. Una política que busque morigerar los efectos del alza debe considerar al menos:

Un diseño con correlación tendiente a uno respecto del perfil de impacto del gradiente de aplicación de recursos. Más apoyo a quienes tienen más dificultades ciertas para hacer frente al impacto.

  1. Los instrumentos a aplicar deben ser percibidos directamente por los ciudadanos. Bonos, subsidios, impuestos u otros deben ser traspasados sin interfaces del fisco a la población. Las formas indirectas son difíciles de medir o percibir en la caja familiar y, desde una perspectiva agregada, solamente contribuyen a acentuar un cierto grado de no transparencia de la autoridad.
  2. Las disposiciones, normas o políticas deben simplificar, hasta la mayor sencillez, el lenguaje empleado en las comunicaciones mientras más requirente o destinataria de recursos sea la audiencia a la que se le comunica.
  3. Similarmente al ingreso familiar el PIB nacional contempla usos corrientes, de inversión y de ahorro. Entonces, si consideradas están estas partidas, los excedentes, como el alza del precio del cobre, tenderán a amortiguar el costo contable directo del fisco que tengan las medidas para enfrentar el alza del crudo, facilitando así su implementación.
  4. Transparentar las relaciones causales, dependencias funcionales y estructura de la política a ejecutar, así las autoridades elegidas por imperio del sufragio, directa o indirectamente, representarán en mejor forma el mandato recibido de la nación.
  5. Si la medida, además, es asociable o genera diseños de largo plazo, debe contemplar debates y discusiones orientados preferentemente a hacer de los desembolsos contingentes adelantos de planes de inversión y no gastos (erogaciones no capitalizables), que no generan retorno o beneficio estructural alguno al interés nacional. En nuestro ejemplo, la tan famosa y comentada matriz energética, no hay camino sino pensar el país que deseamos en cincuenta o más años, y estrictamente en función de esta perspectiva diseñar las inversiones correctas, en hidroelectricidad masiva, energía atómica, eólica y otras no contaminantes; en lo que respeta al gas y el petróleo, en esta perspectiva, su perfil de precios tendría crecientemente menos incidencia en la estabilidad de la actividad nacional. Otros caminos, simples paliativos.

No obstante, para materializar lo anterior, se necesita de elementos distintos a los recursos económicos y financieros, las herramientas de la economía y las disciplinas que intervienen, es menester considerar como fundamental a los actores, es decir, las personas que tienen en sus manos influir o trabajar en el diseño de las políticas apropiadas para el caso.

Se necesita de la disposición y del concurso de la solidaridad (aquellos que recibirán menos deben entender y aceptar que también necesitan menos), expresada concretamente en los votos que permitan hacer realidad los cuerpos normativos contenidos en los proyectos de ley.

Nadie podrá discutir que la aspiración a la felicidad, en términos de alcanzar niveles humanos de desarrollo más elevados, oportunidades reales, constantes y crecientes, mejoramiento del clima de coexistencia de la sociedad, paz y seguridad social, salud sin faltas o carencias, educación como eje objetivo de los gobiernos y no indexada a mercado alguno, es legitima de toda persona y requisito de carácter esencial en el establecimiento de una auténtica y concreta economía de la solidaridad.

Es deber de la sociedad, en consecuencia, excluir radicalmente toda suerte de egoísmo o excesivas ambiciones que, en función de su grado de intervención o influencia –poder- así podría convertirse una sociedad imperfecta en una democracia sana, modelo o ejemplo de implantación.

Contrario sensu, de no excluirse estos excesos, se avasallan las estructuras democráticas hasta convertirlas en anarquías o naciones con gobiernos autoritarios que, amén de llevar sufrimiento a sus ciudadanos, aportan indeseable entropía al equilibrio general de las naciones. Quizás esto último es más traumático que aquello, pues si se desestabilizara críticamente el equilibrio mundial, los costos humanos y materiales podrían ser irreversibles unos y otros tomarían décadas en ser recuperados, con el profundo retroceso que la civilización experimentaría. Luego, manejar el alza del crudo, no es en lo más mínimo un juego del viejo pascuero por un lado, ni una defensa corporativa de intereses particulares por el opuesto. Es una de aquellas oportunidades en que los ciudadanos tenemos la oportunidad de sondear si entre la dirigencia general habrá alguien que tenga, al menos, destellos de la tan escasísima semilla de estadista, una de las tres semillas que permiten el avance y no el retroceso señalado de la humanidad: intelectuales racionales, estadistas y hombres de fe. AC

lunes, agosto 22, 2005


IDEARIO NACIONAL



La reflexión ciudadana es tal

si se hace pública, de lo contrario

sólo es opinión soterrada



Aristo Cartessi


P
ara muchos el título puede producir evocaciones de pretéritas lecturas, de documentos históricos, o de añejos estudios de eruditos e investigadores, lo cual podría representar una percepción muy generalizada. Sin embargo, esa sería una postura apoyada en la forma y no en el fondo.

La expresión ideario nacional, trasunta ampliamente una noción epidermial, y su sentido radica realmente en la esencia de fondo.

Las tradiciones de un país, en los diferentes hilos de su trama y urdimbre, nos provocan la sensación de que nos alcanzan desde el pasado en forma lineal y continua, es decir, la idea de que trascienden las variadas y diversas contingencias que una comunidad vive a través de su historia, que el paso del tiempo corre como el río bajo el puente, que éste continúa allí a pesar de que a cada segundo las aguas que lo cruzan son distintas, con otros sedimentos, temperaturas diversas, de caudales variables. Y no nos equivocamos, las tradiciones son precisamente el bagaje resultante del conjunto de episodios que una sociedad ha vivido y que permanecen en el tiempo.

Por otra parte, si nos remitimos al ordenamiento del pensamiento humano, fundamentalmente aquel plasmado en la literatura y las artes plásticas, podemos tomar el concepto “clásico”. Este se refiere a aquellas creaciones u obras del hombre que concebidas en tiempos remotos o pretéritos aún mantienen su plena presencia e identidad en nuestra actual sociedad.

Pues bien, quienes formamos nuestra actual nación, desde nuestras diferentes actividades, diferentes puntos de vista y distintas concepciones de la vida, asistimos a un momento en que, pareciera ser, que los valores trascendentales de una sociedad, aquellos que le dan sentido a la existencia en verdadera dimensión humana, están distantes, especialmente para los más jóvenes que ven que sus adultos están enfrascados en discusiones centradas en el hoy absoluto o en el futuro más inmediato, y los ven menos preocupados de trabajar por entregarles un mundo más sano, estable y propicio para los proyectos de vida que les preocuparán a ellos, de dejarles una sociedad que les permita vivir con tranquilidad, forjar sus existencias, construir sus familias e ir en mejor forma hacia la búsqueda de la felicidad. ¿ Acaso ésta última no es la cúspide de la aventura humana por la vida?.

Ya es momento que hagamos un alto en medio de la contingencia, como un sólo pueblo monolítico, y dediquemos unos momentos a pensar en el futuro en forma integral y, por sobre los objetivos parciales, reflexionemos en los intereses superiores de nuestros hijos, y los hijos de nuestros hijos, y todos aquellos que verán la primera luz en el tercer milenio.

Ya es momento de pensar en unirnos en torno al futuro de las personas que constituyen nuestra nación. Es instante de pensar en buscar un mecanismo que permita elaborar nuestro ideario nacional, un verdadero encuentro por el futuro.

Que cada uno continúe en sus actividades habituales. Que el médico siga atendiendo a los enfermos que lo necesiten, sanando sus organismos y dándoles más del gusto vital por la vida. Que los sacerdotes, rabinos, pastores y maestros se mantengan preocupados de ayudar a la espiritualidad de nuestros hombres y mujeres, tan necesaria para seguir caminando optimistas de la vida nuestra y de los que vendrán. Que los políticos procuren elevar la ciencia política a la categoría de arte y que la actividad de gobernar una sociedad sea una labor noble y deseable como cualquier otra vocación, verdaderos pensadores de cómo organizar un país, para alcanzar la paz y prosperidad por todos deseadas. Que los artistas sigan pintando y esculpiendo para el alma de los seres humanos, extasiando cada vez más a los sentidos, embriagando el espíritu hasta llevarlo al cenit de las emociones. Que la voz del que canta se levante por sobre tópicos chabacanos y el amor en su más profunda esencia inunde su pentagrama, y que sus melodías se propaguen por todos los confines de nuestra tierra. Que quienes hacen su vida en las actividades deportivas, que mueven masas gigantescas de personas, reflexionen que su función fundamental es entregar disciplina y amor por su arte a quienes las practican, y a quienes disfrutan observándolas entregarles una sana actividad de recreación y esparcimiento, en justas de honor y colorido deportivo, basta ya de hooliganismos y absurdas regulaciones basadas en ingenios legales, el mal está en el espíritu y no en preceptos jurídicos. Que los artesanos hundan sus manos más y más en sus materiales y extraigan de ellos la armonía que encierran desde la creación. Que los soldados hagan de la defensa un valor social e histórico de inequívoca admiración, y que abrazar la carrera de las armas evoque sentimientos patrióticos que contribuyan a amalgamar la paz en su más profundo sentido de armonía en nuestra sociedad. Que nuestros trabajadores no laboren en una construcción, sino que se sientan constructores de la expresión material de hogares venideros, en donde el amor dará paso a los niños que representan el futuro del mundo. Que el poeta se erija en trovador de los sentimientos humanos y que el mundo nítidamente lo reconozca como verdadero protagonista en la vida planetaria. Que el agricultor extraiga de la tierra no un producto sino el alimento, con las texturas y colores, para el goce de los paladares de todos nosotros. Que el empresario tome su tarea de creador de riqueza no sólo para sí, o para satisfacer los números requeridos por las alícuotas patrimoniales, sino también con sentido claro y de íntima autenticidad de aportar esa riqueza al patrimonio común de nuestros países.

Otorguemos la dimensión justa, en nuestra escala de valores, a expresiones, ideas y prácticas que contaminan el alma de nuestros jóvenes y también las nuestras. Debemos erradicar toda expresión atentatoria a la sanidad de nuestros valores esenciales. La búsqueda de la paz, la armonía, el desarrollo en un sentido integral y el amor y la felicidad deben definir el curso de navegación de nuestra sociedad.

Debemos reunirnos todos, sin excepciones impuestas, en un verdadero cabildo, un cabildo ciudadano, una entidad a la que asistan todas las ópticas, expresiones, ideas, formaciones, profesiones, cada miembro de la familia nacional. Todos sentados en torno a la mesa de nuestra familia, de nuestra patria, de la familia universal, dispuestos a pensar y repensar nuestro futuro, el gran futuro de nuestra sociedad, el futuro milenario que va por delante. No hablo de mesas de moda, hablo de aquella que llevamos dentro del alma, con su esencialidad y principios celulares, ella no tiene principio ni fundamento material, no tiene masa ni dimensiones físicas, recurre a la naturaleza para que los hombres, en su muchas veces infinita ceguera, puedan percibirla a través de los sentidos básicos. AC