sábado, agosto 27, 2005




EDUCACIÓN, LA PRIMERA COLUMNA



La educación permite la

movilidad social, mejora

las expectativas laborales,

fomenta el emprendimiento,

abre las puertas a la salud,

y finalmente lleva a la felicidad

Aristo Cartessi

Los pequeños que padecen hambre, frío y carencias fundamentales, en mayor número del que quisiéramos, forman parte, lamentablemente, de la heterogénea geografía de nuestros países. Paradigmas rígidos y cuestionables se implementan, por los gobiernos regionales, muchas veces forzados por las exigencias de los grandes conglomerados financieros, que ven al continente como un “segmento de mercado”, sin atender la dimensión humana. Estos descendientes, de la gran cultura latinoamericana, no cargan culpa alguna que les condene a tan infausto destino.

Las naciones que han minimizado los desequilibrios, que otorgan oportunidades efectivas, en que los más capaces –a pesar de su pobreza- se incorporan como agentes de desarrollo, han comenzado sus procesos con una herramienta invulnerable: la educación. Todo intento de hacer, todo deseo de progresar, toda iniciativa de avanzar, exige preparar a las personas para asumir las tareas, en el complejo proceso de construir un modelo de sociedad sana, solidaria y feliz. Si los líderes de hoy no entienden esto, hagan lo que hagan, jamás podrán legar el mundo que los que vendrán se merecen.

Para levantar el edificio del mañana, la primera columna que ha de erigirse es, sin mediar cavilación, la del conocimiento. El mundo es lo que es por la acumulación del saber humano. Los iconos históricos como la Biblioteca de Alejandría o la de Irak –que durante la reciente ofensiva anglo-estadounidense, en medio de las revueltas- fue saqueada, representaban hitos de la civilización. La educación, mediante la entrega de contenidos, valores y capacidad crítica permite, a quien le accede, tomar posiciones eficientes y constructivas, en el momento temporal que le toca vivir. Sobre este fundamento se ha construido, capitulo a capitulo, la historia humana.

No hay excusas suficientes para que mandatarios, políticos y actores sociales no se la jueguen por el arma más poderosa para el desarrollo. La educación permite la movilidad social, mejora las expectativas laborales, fomenta el emprendimiento, abre las puertas a la salud, y finalmente lleva la felicidad y la alegría a todas las familias y cada persona. Las polémicas y discrepancias, instrumentales la mayoría, no nos conducirán al objetivo. Debe establecerse el verdadero derecho a ella, no basta que quede consignado en el texto de las constituciones o de las declaraciones universales, es menester que los vocablos cobren vida, que las frases originen acciones en el mundo real, no en el podium de un parlamento, no en un discurso presidencial ni tampoco en las expresiones de deseo, o declaraciones de intención, de aquellos que, día a día, hacen uso de las pantallas de los televisores de todo el globo.

Las políticas, convertidas en realizaciones, deben permitir que, ejemplarmente, muchachos de escasos recursos con buenos rendimientos académicos, puedan cursar, incluso la educación superior, financiados por el estado, los postgrados deben ser alcanzables por méritos no por capacidad económica. Los colegios, liceos, Institutos Profesionales y Universidades estatales tienen que asumir esta tarea, ellos deben invertir en el futuro, por cuenta de los menos favorecidos. La educación privada es para quien la pueda pagar, no por ello los que no puedan deben ser excluidos. La calidad de esta educación puede y debe estar a la altura de la que se puede obtener pagándola. Para los buenos estudiantes que no cuentan con dinero debe establecerse financiamiento gubernamental; para los de menor abolengo intelectual aunque sin dinero, porque no tenemos derecho a privarlos, mecanismos mixtos de regímenes becarios con créditos complementarios; para los que pueden...que concurran al pago.

Pero estos proyectos deben llevarse adelante con sólidos fundamentos morales y éticos. No se puede formar excesos de profesionales o técnicos respecto de la capacidad de demanda de la sociedad. No se debe engañar, doblemente a las familias, por un lado facilitarles algo de dinero para estudiar, dejándolos, de paso, endeudados en el largo plazo, y por la otra, al final de la educación, no tener oportunidades de trabajo o de emprender. La metodología debe contemplar la gradualidad creciente, entre creación de riqueza y empleo e incremento de recursos humanos calificados. Sincerar los protocolos operativos, bajo una estricta consideración del ser humano, llevará a los países de la región hacia el desarrollo real, viable y sustentable. Es el momento de iniciar la construcción de esta primera columna, levantarla y, junto con este acto, comenzar a merecernos en plenitud la denominación de civilización.AC