sábado, diciembre 02, 2006


CORREDOR BOLIVIANO,
OPORTUNIDAD DE HERMANOS


Es probable que los marcos
regulatorios, que sí deben existir,
estén atentando para lograr una
solución con sabiduría


Aristo Cartessi

Las diferencias entre estados-nación son consustanciales a su coexistencia. No obstante la aceptación general, en los últimos cien años de este paradigma, las discrepancias, diferendos y disputas, de los más diversos matices, en torno a la definición precisa de las líneas fronterizas, ha sido una constante en todo el mundo. Quizás una característica propia del modelo, o aún en período de ajuste en la larga línea histórica de la civilización, o, simplemente, una actitud humana que, con frecuencia emerge, con un fuerte acento hegemónico.

Sin embargo, más allá de estas elucubraciones alambicadas y complejas, en cuanto al marco conceptual sobre el que estos constructos se han erigido; estamos ante una discrepancia que, estimo, puede resolverse basados en una óptica de estadista sumada a una hermandad de largo plazo que, por sobre las retóricas opiniones excesivamente jurisprudenciales.

¿Cuáles serían los efectos positivos de una cesión con soberanía en la República de Chile?. La pregunta es en positivo para girar la discusión del eje de las dificultades o imaginativos efectos negativos emergentes, de un gran número de analistas y opinadores.

Bastaría realizar esta cesión, con algún tipo de canje territorial o contraprestación sencilla para inscribirse en la historia Latinoamericana, como un gobernante (Bachelet), Nación (chilenos), País (Chile) y hermanos (Chile y Bolivia) de alma noble, visión de futuro y buscadores de la hermandad regional. Sin duda, un ejemplo para muchos países del globo entrampados en rencillas y descalificaciones de la misma naturaleza que, en el balance implican retroceso o ningún avance.

Nada provoca una mayor armonía que el consenso y aceptación recíprocas y mutuas. La integración profunda y verdadera una natural consecuencia.AC